viernes, 25 de marzo de 2011

la idea

17/03/11

Esta idea nació en la celebración de los 70 años de la empresa donde trabajo desde hace casi 7. Ya venía en formación desde hace tiempo, había algo dentro de mí que no se quedaba quieto, que me invadía los pensamientos y sobre todo los sentimientos. Cada vez que alguien cercano me contaba sus planes de emigrar se me revolvía todo, cada vez que escuchaba que el primo de no sé quien se fue a España, el amigo de aquel está gestionando su largada a Canadá, algún compañero de trabajo está arreglando todo para irse a “estudiar” (sin planes de volver por supuesto) a cualquier lugar lo más lejos posible, alguno de mis chorrocientos primos se va pal carajo también…en fin, la razón común de todos es: mejor me voy mientras pueda, porque esto se va a poner feo y yo no quiero quedarme atrapado en este país mientras se hunde.

Yo digo una vaina, si el país se hunde o no no será culpa de Chávez ni de los chavistas. Será responsabilidad de todos nosotros los que no estamos haciendo nada para salvarlo, que no estamos haciendo absolutamente nada para sacarlo adelante. Todo lo contrario, le estamos dando la espalda como a un leproso. Que dolor tan grande se siente cuando a uno lo dejan solo, cuando las personas que más quieres te abandonan porque estás pasando por un mal momento, y eso lo hemos sentido todos, no me digan que no saben lo que se siente.

En aquella misa de acción de gracias, el sacerdote dijo cosas tan ciertas y tan apropiadas para el momento que vive el país, que logró conmoverme hasta las lágrimas. Me sentí cuestionada, como si alguien me estuviera mirando fijamente y me dijera: Ajá trabajas en una empresa que nació por la pura convicción de unas personas de que Venezuela puede ser un país de primer mundo, que aquí hay demasiadas cosas que hacer y que aprovechar; con sacrificio y trabajo constante y perseverante esas personas construyeron una organización que produce no sólo dinero, si no bienestar a sus trabajadores y a los consumidores de sus productos (que es todo un pueblo). Muy bien, tú eres afortunada de estar aquí. Pero ¿qué estás haciendo tú por ese país al que dices amar? Ok muy bien tú te ganas la vida de una manera digna, haces tu trabajo con pasión porque te gusta lo que haces, vas a votar cada vez que hay elecciones (en promedio una vez al año), pagas los impuestos, cumples la ley, en fin eres una buena ciudadana. Pero ¿eso es suficiente? Si te atormenta tanto la idea de que la gente se vaya cada vez más rápido y en mayor proporción, ¿qué carrizo has hecho tú para que eso cambie?

También tengo que decir que días antes había visto un monólogo de Laureano Márquez, quien es para mí uno de los más brillantes humoristas que han sobrevivido al tiempo y a las circunstancias de este país. “Porqué somos cómo somos”, ese es el título de la obra. De ahí también salí con el corazón en la boca, de hecho el título de mi proyecto hace honor a una de las frases que me marcó ese día: nosotros tenemos plan B, plan C, cualquier vaina para salir corriendo de aquí; cuando nuestro plan A tiene que ser Venezuela. No sé si esas eran las palabras exactas, pero yo salí de ahí con la convicción de que mi plan A es Venezuela.

Entonces ese 14 de marzo de 2011, hace poquitos días, comencé a escribir unas notas en mi teléfono justo al terminar la misa. Como para que no se quedara en pensamientos todo aquello que me saturó el cerebro, mejor dicho el alma. Y aquí estoy, tratando de poner en blanco y negro un proyecto que se ha convertido en mi proyecto de vida. Verga que arrecho que yo esté diciendo esto, yo que me cuestiono todo y que pensaba que estaba destinada a la soledad y el silencio de mis pensamientos, y que pensé que no tenía sentido luchar contra la realidad por la que muchos se van, porque no están dispuestos a sacrificar nada por la patria que los vio nacer y les dio todo.

Para que quede claro, yo estudié química pura, es decir, me fui por la ciencia no por la literatura ni la filosofía ni nada relacionado a alguna carrera humanística (no sé si es el término correcto). Sin embargo, debo admitir que siempre he tenido muchísima inclinación por esas cosas de las que no estudié en la universidad formalmente, pero que durante mi paso por la universidad de la vida (como muchos la llaman) he tomado muchísimas clases de forma autodidacta. Algunos de mis amigos dicen que soy medio psicóloga, y que de vez en cuando se me incorpora algún espíritu de filósofo también.

Este proyecto al que bauticé como Proyecto Plan A se trata de difundir un mensaje concreto de muchas maneras (todas las que se puedan y más), el mensaje sería que nos quedemos en Venezuela todos los que la amamos, todos los que la sentimos como nuestra Patria y la queremos ver grande, desarrollada, victoriosa, alegre, bella como es, un País del que nos sintamos orgullosos y al que el mundo mire con respeto. Está demás decir que el potencial que tenemos es inmenso, pero valdría la pena desarrollar ese tema también.

¿Cómo lo voy a hacer?, sinceramente no tengo idea. Es allí donde necesito ayuda, donde les pido con todo el corazón que usemos nuestros talentos para sacar adelante este proyecto. Quisiera escuchar a mucha gente, entrevistar personas influyentes, venezolanos triunfadores en las más diversas áreas y que están aquí echándole pichón, aún cuando podrían haberse ido a comer el mundo. También a los que se han ido, pero no huyendo. Porque también es verdad que como seres humanos estamos en todo nuestro derecho de buscar la felicidad y la realización personal en cualquier lado, somos ciudadanos del mundo. Yo no profeso un falso patriotismo que reniega de la idea de encontrar esa realización en otro país; sólo que me niego a pensar que tenemos que salir huyendo porque “otros” se estén adueñando del nuestro.

¿Qué si pienso escribir un libro? No lo sé, nunca me lo he planteado y no creo que tenga mucho talento para eso.

¿Será una campaña por internet? ¿Twitter, Facebook, un blog? No lo sé, no tengo experiencia en eso, pero podría ser interesante.

¿Un corto, una película? Suena bien, tampoco tengo la menor idea.

Yo lo que quiero, y con lo que sueño es que el Plan A no sea sólo mío o de unos pocos, si no que llegue a la mayor cantidad de personas posible. Yo estoy dispuesta a hacer lo que haya que hacer, aprender lo que se necesite, invertir mi tiempo y algún dinero que tenga (que no es mucho por si acaso). Ni siquiera me interesa que mi nombre salga mucho, no busco protagonismo ni comenzar una carrera artística (me gusta mi trabajo en el laboratorio, que quede claro). Quisiera que nos unamos todos los que coincidimos en nuestro Plan A y lo compartamos con todo el quiera escuchar de él, y el que no quiera lo escuchará también, y yo sé que alguna fibra se moverá, y tengo una certeza loca de que vamos a hacer historia.

Por ahora pienso que debo documentarme un poco más sobre la historia de Venezuela, y también sobre la historia de otros países que han vivido situaciones similares a la nuestra. El ejemplo de Cuba es uno de los que más me interesa, porque estoy convencida que el éxodo masivo que ocurrió con la llegada de Fidel Castro mucho tiene que ver con la cruda y patética realidad que hoy viven los cubanos. Y con todo y eso, existen personas como Yoany Sánchez que dan la batalla desde allá. Gran inspiración para mí es esa muchacha, o señora, en realidad no lo sé porque no la conozco en persona. Pero conocer sobre su vida a través de su blog y seguirla en Twitter ha sido muy aleccionador y edificante para mí.

Ahora me gustaría saber sus opiniones, no saben lo valioso que sería para mi cualquier idea, cualquier propuesta, cualquier luz que me den para este camino que decidí tomar. Yo sé que no será fácil, pero no tengo miedo, ni una gotica de miedo. Lo que tengo son muchas ganas de trabajar y aportar mi grano de arena para construir la orilla donde llegaremos después de este largo viaje en el que hemos atravesado tantas tormentas, para encontrarnos finalmente recibiendo un atardecer hermoso como el de Juan Griego en Margarita, o en Choroní, o en cualquiera de nuestras orillas venezolanas que para eso tenemos bastantes.

2 comentarios:

  1. Me encanta la propuesta, ese sentimiento solo lo sentimos quienes realmente apreciamos y valoramos nuestro país. No entiendo porque no luchar por ser mejores y por hacer "algo" para lograr, o al menos acercarnos, el país que todos deseamos. Si pensamos en lo negativo o en lo que pueda pasarnos si luchamos, entonces estamos mal, porque quien piensa de manera negativa, comienza mal y generalmente termina peor. Somos un pueblo Inteligente y Arriesgado, eso lo hemos demostrado, así que cuenta conmigo desde esta tu tierra!

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