jueves, 31 de marzo de 2011

Escritora yo?

Aquí estoy de nuevo. No es fácil esta vida de “escritora” en ratos libres de los cuales no tengo muchos. Eso de escritora suena grande, yo simplemente soy alguien que persigue un sueño y hasta que no encuentre otra manera de enfocarlo voy a continuar plasmando ideas en blanco y negro, en algún momento esta fuerza que me inspira tomará forma y cuerpo definido para alcanzar los objetivos que me he planteado.

 Esta semana estuve en Barcelona, Edo. Anzoátegui. Hubo varias cosas que me impresionaron, pero sobretodo me impactaron los contrastes, la existencia de dos mundos diferentes. Miseria y destrucción por un lado, belleza natural y potencial turístico por el otro. El hotel parece una burbuja dentro del subdesarrollo que la rodea. Venezuela es así, demasiados contrastes y la pobreza siempre asomándose.

También un comentario sobre la respuesta de Yudith, ése es el debate que quería despertar. Sus palabras son duras pero acertadas en muchos casos. Mi opinión es que para cambiar mentalidad y realidad en Venezuela hacemos falta nosotros. Estamos dejando todo en manos de los demás, políticos, empresarios, y pueblo (sometido a la pobreza, manipulación, ignorancia). Que trabajen ellos y yo regreso cuando todo esté mejor.

Pues no. Si decidí quedarme es para sacar esta vaina adelante, para aportar algo, para trabajar, dar ideas y lograr cambios. No me quiero quedar de espectadora en un show tragicómico, donde echamos broma con las cosas insólitas que nos pasan, o los personajes que hoy nos gobiernan, y al mismo tiempo vemos disminuida nuestra calidad de vida (los que todavía tenemos algo de esto), donde la pobreza avanza “a paso de vencedores”.

Honestamente no quisiera que esto se convierta en el tubo de escape que encontró Beatriz, y varios más que se han ido sumando. Yo no estoy escribiendo un blog para pasar días y noches sentada dándole rienda suelta a mis ideas y así desahogarme. No es un antojo, o un hobbie que encontré. Es más, no es mi nombre el que importa, yo no quiero ser la protagonista de esta película.

Digo esto porque quiero que sepan que el proyecto va en serio. No estoy romantiqueando con esto, ni comiendo flores. Como dije al principio no sé qué es lo que debo hacer, no tengo un procedimiento armado para trabajar, pero tengo la pasión y la motivación al 100%. Poco a poco he ido escuchando y leyendo opiniones e ideas, bastante interesantes por cierto.  Todas valen oro para mí, me han hecho pensar muchísimo, reflexionar, profundizar…

Hasta ahora la conclusión que voy sacando es que tengo que seguir adelante con esto, que la cosa es muchísimo más compleja de lo que  imaginé y requiere un esfuerzo y dedicación mayor del que esperaba, y ¿saben qué? estoy dispuesta a hacerlo, eso lo tengo claro.

Las primeras respuestas


Son varios los temas que quisiera abordar para poner mis ideas en contexto. Hago una lista ahorita para desarrollarlos más adelante, no quiero que se me olviden:

-          - La familia materna, los 14 gochitos que les había contado, cómo llegaron a Maracaibo, cómo se multiplicó la familia y cómo hoy son todos profesionales, gente decente y trabajadora.

-          - La familia paterna, el abuelo Manuel, sus raíces y su vida, su legado. Los abuelos maestros de escuela, luchadores sociales. Abuelo con ideas comunistas, preso político, perseguido. Abuela-esposa que tuvo que sacar la familia adelante sola mientras el esposo estaba preso.

-          - Estudiantes universitarios (nueva generación), esperanza de todo un país. ¿Qué los motiva? Necesito escucharlos. Mi generación no hizo absolutamente NADA.

-          - Realidad en positivo de las comunidades populares, barrios, etc. ¿Se está dando el cambio? Nuevos líderes ¿están enfocados?

-          - Esta frase me encantó: “todos dicen que se van en el último avión que salga de Venezuela cuando ya todo esté perdido…pienso que ese avión nunca va a salir de aquí porque en realidad esa gente no se quiere ir” (Pily)

Ahora coloco una recopilación de las primeras respuestas que recibí, cuando todavía el blog no había nacido:

Wow... No puedo empezar a escribir estas líneas sin decir esa palabra: WOW! Me dejas loco con todo lo que leo, y más que loco, con ganas de leer más... Ideas, muchísimas... Al igual q tu, siento q este país y su gente tenemos mucho potencial, mucho q dar, solo que, y es una opinión muy personal, no sabemos cómo canalizarlo, pero tú, Beatriz Andrade acabas de dar un primer paso, un primer paso que puede ser el comienzo de un GRAN CAMINO, un primer paso que muy pocos se atreven a dar, pero que los que lo dan obtienen muy buenos resultados.

Hay dos puntos de los q hablas, en los q quiero compartir algo contigo, uno: invertir en este país, a mis 20 años tuve un proyecto que fue montar un negocio, un proyecto que logré y que mantuve por 10 años... Un proyecto que logró que pudiera estudiar en la universidad más cara de Venezuela, y ojo, no me siento orgulloso por haber estudiado en la universidad más cara, pero si por haberla podido pagar. Un proyecto que me lleno de muchas satisfacciones y muchos aprendizajes, un proyecto que materialicé y que me demostró que cuando se quiere, se puede…

Dos: amigos que se van, ¿sabes cómo me dicen la mayoría de mis amigos que se han ido, o los que se quieren ir? Alejandro, estás loco, si yo fuera tu ya me hubiera ido hace muuuuucho tiempo, ¿y sabes por qué lo dicen? Porque tengo algo que para muchos es el tesoro más preciado: un pasaporte de la Comunidad Europea... Y no te puedo negar que para mí es uno de mis planes, porque como dijo Laureano: los venezolanos tenemos muchos planes, B, C, D..... Hasta las Z... y yo no me escapo de esa… Pero hay algo que si me diferencia y es que para mí, ese pasaporte, es mi plan Z, antes de él, hay muuuuchos otros planes, y todos ellos son aquí, en mi país, en Venezuela.

Desde ya tienes a otro fan de ese Proyecto Plan A con el q sueñas, y q puedo empezar a soñarlo contigo!!!
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 Te tienes que apurar a ver qué haces, un libro tarda burda y es complicado no imposible puede ser el resultado final pero de inicio para mí un blog o facebook puede ser la vía de capturar gente y mas que capturar gente motivarla ayudarla a entender que nuestro país tiene un mundo de oportunidades que tenemos que aprovechar y algunos no luchar sólo por nosotros sino por nuestros hijos, los hijos de nuestros amigos, nuestros nietos...

Sabes que pensé, ufff ya Beatriz tiene que mostrarle a sus nietos que arrecho....

Me sorprendiste no con lo que escribiste sino tan rápido que lo escribiste, ya diste el primer paso chama y ese es el mas difícil así que pa´ lante que este proyecto tiene mucho de otras personas que lo hemos pensado pero no hemos dado ese paso...

Yo me comprometo a acompañarte con mis ideas, con mi forma de ver la vida, con mi sueño que es la fotografía...seguro que contigo voy a crecer y a tener algo que modelar a mis hijos y contarle a mis nietos....

Gracias por compartir conmigo tu sueño...
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Guao... creo que todavía estoy digiriendo todo... y pensando qué decirte...

Sinceramente me parece (desde el punto de vista de una lectora) que está muy bien plasmado tu interés, es decir, la redacción te quedó excelente...

Ahora, con respecto al fondo de todo, me parece mejor aún.  Honestamente pienso, y estoy segura, de que hay algo que mueve a las personas cuando Dios quiere que hagan ciertas cosas. Si de verdad (y por lo que leí, es así) sientes eso adentro, esa certeza de hacer algo, plomo!

Yo te apoyo, cuenta conmigo. Sigue escribiendo,  y publica.

Ah! lo del cortometraje o película me parece una excelente opción...claro, hay que investigar!
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Me gusto mucho tu ensayo. Pienso que sí tienes dotes de escritora!

Comparto tu sentir pues me encanta mi país, su geografía, su Gente, su comida, sus amaneceres y atardeceres; sus árboles y flores, sus playas y montañas. Me encanta el Ávila y me encantaría tener tiempo para fotografiarlo cada día. Entre todos lograremos hacer grande a Venezuela. Felicidades por tu decisión Bea!
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Leí tus ideas y me parecen fabulosas, no es facil. Vas a encontrar de todo: unos te apoyaran y otros te dirán romántica.
Yo sé que tu eres perseverante y algo más importante vas a lograr, ya lograste muchas cosas importantes.
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sábado, 26 de marzo de 2011

Back in business


Varios días sin escribir pero muchísimas cosas han pasado. Las ideas no dejan de dar vueltas en mi cabeza, a veces no me dejan ni dormir.

Esta semana comenzó oficialmente la aventura cuando decidí hacer público el proyecto, además de compartirlo con mis amigos más cercanos, colocarlo en “la red” fue un paso determinante. Confieso que tenía un poquito de susto porque para mí internet puede convertirse en un monstruo, pero agarré valor y me lancé, lo peor que puede pasar es que me lleguen insultos o cosas locas y estoy curada contra esas cosas porque las veo todos los días en las noticias.

He estado reflexionando sobre varias cosas, entre ellas las razones por las que hice de Venezuela mi plan A. Porque entre las respuestas que he recibido hasta ahora a mi propuesta ha habido cuestionamientos importantes que tengo que estar preparada para responder, y más importante aún, tengo que tomar conciencia de que la decisión que tomé es un gran reto en todos los sentidos posibles. Luego quiero compartir esas respuestas que he recibido con ustedes también.

Qué responder ante estas preguntas: ¿por qué vas a sacrificar tu futuro en un país dónde no sabes si te pueden asesinar esta misma noche cuando vayas a la panadería? ¿Por qué vas a someter a tus futuros hijos (espero que lleguen algún día) a vivir en un país donde no tendrán todo lo que tú deseas para ellos, comenzando por pañales desechables siempre disponibles? ¿Por qué pierdes tu tiempo y tus energías en tratar de animar a la gente a que no se vaya? ¿Qué exactamente es lo que ofreces o qué propones?

 Aquí cabría citar el comienzo de uno de mis libros favoritos, Cien años de soledad, ¿lo han leído? “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”

Ante a esas preguntas tan crudas, me siento así, frente al pelotón de fusilamiento. Y como Aureliano Buendía, recuerdo cuando mi padre me llevó a conocer el “hielo”. En realidad me llevó a conocer el cine, no sé si fue la primera película que vi en el cine, pero mi recuerdo está relacionado con la intensión de mi papá de que nosotros conociéramos el mundo, la cultura, los lugares hermosos en Venezuela. Realmente nunca había reflexionado profundamente sobre eso pero hoy puedo ver que gracias a ese impulso de mi papá, yo pude tener contacto con muchas cosas que eran importantes para mi formación como persona, como venezolana. No sé si él esté consciente de lo que hizo, nunca se lo he dicho pero este es un buen momento.

Con mi familia vivimos durante algunos años al sur de la ciudad de Maracaibo, en aquel entonces el sur era “monte” y el norte era la “ciudad”. Realmente no era así, es decir, en el sur también se vivía bien, pero todos los centros comerciales, cines, teatros, actividades culturales, espectáculos, etc., estaban en el norte. Recuerdo que mi papá me llevaba todos los benditos domingos a “chímpete chámpata”, no se rían, se llamaba así!! Era una actividad cultural para niños que hacía una gente de la universidad, había obras de teatro, títeres, manualidades, cosas así. También nos llevaba al cine, al circo, a los parques (esto sí que me encantaba), al Paseo del Lago para manejar la bicicleta o al Parque Urdaneta en el centro. Creo que acabo de entrar al túnel del tiempo, disculpen… Comento todo esto porque ese roce con nuestras costumbres, con la cultura, con la “ciudad” pienso que fue la clave del éxito en toda esta historia. Hasta ahora no me lo había planteado así.

Para responder las preguntas anteriores puedo comenzar por la de los hijos; coño yo quiero que mis hijos disfruten tanto o más lo que yo he podido disfrutar de este país. Entre esas cosas que hice con mi familia está la viajadera por Venezuela, tal vez no la recorrimos toda pero bastante rodamos: como buenos maracuchos-medio gochos Mérida era destino obligado, Trujillo, Falcón, Táchira, Morrocoy, Margarita, Cumaná, Mochima, Caracas (la capital por supuesto), Maracay, Barquisimeto, Puerto Ordaz, muchísimos pueblitos incluidos en todas esas aventuras. 
También quisiera que  aprendan en la escuela la historia de la Patria donde nacieron, no de otra. Que valoren el sacrificio porque finalmente a la vida se viene a luchar, no a que te den todo y que luego no sepas ni freír un huevo o salir adelante ante las dificultades. Si no consigo pañales pues le pongo de tela, yo los usé y no tengo nada extraño ahí en ese lugar que se están imaginando. Aunque estoy segura que no hará falta, porque tengo que insistir con esto: Venezuela no será otra Cuba. Luego ellos decidirán donde van a hacer sus vidas, serán libres para elegir, y en caso de que se vayan no saldrán huyendo.

Viene el tema de la seguridad. Este es un punto neurálgico yo lo sé. No le puedo decir a nadie que ponga en riesgo su vida ni que viva asustado todo el tiempo. Sólo puedo exponer lo que pienso y cómo trato de vivir yo. De una vez les digo que me han robado al menos 8 o 10 veces, unas más violentas que otras, he perseguido ladrones corriendo por la calle, atraco en autobusito, hasta el más heavy de todos: secuestro express. Gracias a Dios, a la Chinita y a todos los ángeles que me protegen (que son un escuadrón tipo SWAT como pueden darse cuenta), nunca me ha pasado nada grave físicamente. Ahora bien, nada de eso me atemoriza más en cuanto a la posibilidad de perder la vida que sufrir un accidente de tránsito o una caída desafortunada en la ducha. Obviamente las razones de fondo para la descomposición social que vivimos son muchísimas, y no pretendo hacer una disertación sobre el tema. Pero el hecho de que un tipo llegue y me dispare para quitarme el carro no es muy diferente al hecho de que muera de cualquier otra cosa, la consecuencia es la misma, yo paso a mejor vida. Sé que es fuerte y rudo decir eso así, pero objetivamente hablando es la realidad. También tengo que decir que me cuido mucho, que tomo precauciones, tampoco es que ando por la calle como si aquí no pasara nada. Simplemente no vivo estresada pensando todo el tiempo que me van a atracar, que me pueden matar. Trato de disfrutar al máximo mi vida, sin pasar por inconsciente, no me meto en lugares que sé que son peligrosos a cierta hora, no exhibo mis pertenencias como una vitrina ambulante, en fin, hay mil maneras para cuidarse sin llegar a la psicosis. Además, así como me pueden matar aquí puede pasarme en cualquier parte del mundo. Este debate seguramente seguirá.

A ver, ¿por qué pierdo mi tiempo en esto? Desde el fondo de mi corazón, creo que nunca había hecho algo con tanta pasión y con tantas ganas. Si tan solo uno de ustedes decide acompañarme en este camino será el mayor de los logros para mí, pero puedo decirles que aunque estas ideas sólo reboten por todos lados, cada segundo ha valido la pena!

No ofrezco nada más sino que ustedes puedan sentir la emoción que siento yo en este momento, que sientan que Venezuela les pertenece y que formaremos parte de la historia de este gran País como aquellos que creyeron en ella y no la abandonaron. Los que dieron lo mejor de sí para sacarla adelante y aportaron sus ideas, sus iniciativas, sus valores, sus potencialidades para convertirla en una gran Nación. Prometer que nosotros veremos este sueño hecho realidad tal vez sea inocente e iluso de mi parte (igual yo insisto en que así será), pero algo dentro me dice que nuestros hijos lo verán y se sentirán orgullosos de sus padres y de todos los que decidieron quedarse en Venezuela y hacerla su Plan A.

viernes, 25 de marzo de 2011

la idea

17/03/11

Esta idea nació en la celebración de los 70 años de la empresa donde trabajo desde hace casi 7. Ya venía en formación desde hace tiempo, había algo dentro de mí que no se quedaba quieto, que me invadía los pensamientos y sobre todo los sentimientos. Cada vez que alguien cercano me contaba sus planes de emigrar se me revolvía todo, cada vez que escuchaba que el primo de no sé quien se fue a España, el amigo de aquel está gestionando su largada a Canadá, algún compañero de trabajo está arreglando todo para irse a “estudiar” (sin planes de volver por supuesto) a cualquier lugar lo más lejos posible, alguno de mis chorrocientos primos se va pal carajo también…en fin, la razón común de todos es: mejor me voy mientras pueda, porque esto se va a poner feo y yo no quiero quedarme atrapado en este país mientras se hunde.

Yo digo una vaina, si el país se hunde o no no será culpa de Chávez ni de los chavistas. Será responsabilidad de todos nosotros los que no estamos haciendo nada para salvarlo, que no estamos haciendo absolutamente nada para sacarlo adelante. Todo lo contrario, le estamos dando la espalda como a un leproso. Que dolor tan grande se siente cuando a uno lo dejan solo, cuando las personas que más quieres te abandonan porque estás pasando por un mal momento, y eso lo hemos sentido todos, no me digan que no saben lo que se siente.

En aquella misa de acción de gracias, el sacerdote dijo cosas tan ciertas y tan apropiadas para el momento que vive el país, que logró conmoverme hasta las lágrimas. Me sentí cuestionada, como si alguien me estuviera mirando fijamente y me dijera: Ajá trabajas en una empresa que nació por la pura convicción de unas personas de que Venezuela puede ser un país de primer mundo, que aquí hay demasiadas cosas que hacer y que aprovechar; con sacrificio y trabajo constante y perseverante esas personas construyeron una organización que produce no sólo dinero, si no bienestar a sus trabajadores y a los consumidores de sus productos (que es todo un pueblo). Muy bien, tú eres afortunada de estar aquí. Pero ¿qué estás haciendo tú por ese país al que dices amar? Ok muy bien tú te ganas la vida de una manera digna, haces tu trabajo con pasión porque te gusta lo que haces, vas a votar cada vez que hay elecciones (en promedio una vez al año), pagas los impuestos, cumples la ley, en fin eres una buena ciudadana. Pero ¿eso es suficiente? Si te atormenta tanto la idea de que la gente se vaya cada vez más rápido y en mayor proporción, ¿qué carrizo has hecho tú para que eso cambie?

También tengo que decir que días antes había visto un monólogo de Laureano Márquez, quien es para mí uno de los más brillantes humoristas que han sobrevivido al tiempo y a las circunstancias de este país. “Porqué somos cómo somos”, ese es el título de la obra. De ahí también salí con el corazón en la boca, de hecho el título de mi proyecto hace honor a una de las frases que me marcó ese día: nosotros tenemos plan B, plan C, cualquier vaina para salir corriendo de aquí; cuando nuestro plan A tiene que ser Venezuela. No sé si esas eran las palabras exactas, pero yo salí de ahí con la convicción de que mi plan A es Venezuela.

Entonces ese 14 de marzo de 2011, hace poquitos días, comencé a escribir unas notas en mi teléfono justo al terminar la misa. Como para que no se quedara en pensamientos todo aquello que me saturó el cerebro, mejor dicho el alma. Y aquí estoy, tratando de poner en blanco y negro un proyecto que se ha convertido en mi proyecto de vida. Verga que arrecho que yo esté diciendo esto, yo que me cuestiono todo y que pensaba que estaba destinada a la soledad y el silencio de mis pensamientos, y que pensé que no tenía sentido luchar contra la realidad por la que muchos se van, porque no están dispuestos a sacrificar nada por la patria que los vio nacer y les dio todo.

Para que quede claro, yo estudié química pura, es decir, me fui por la ciencia no por la literatura ni la filosofía ni nada relacionado a alguna carrera humanística (no sé si es el término correcto). Sin embargo, debo admitir que siempre he tenido muchísima inclinación por esas cosas de las que no estudié en la universidad formalmente, pero que durante mi paso por la universidad de la vida (como muchos la llaman) he tomado muchísimas clases de forma autodidacta. Algunos de mis amigos dicen que soy medio psicóloga, y que de vez en cuando se me incorpora algún espíritu de filósofo también.

Este proyecto al que bauticé como Proyecto Plan A se trata de difundir un mensaje concreto de muchas maneras (todas las que se puedan y más), el mensaje sería que nos quedemos en Venezuela todos los que la amamos, todos los que la sentimos como nuestra Patria y la queremos ver grande, desarrollada, victoriosa, alegre, bella como es, un País del que nos sintamos orgullosos y al que el mundo mire con respeto. Está demás decir que el potencial que tenemos es inmenso, pero valdría la pena desarrollar ese tema también.

¿Cómo lo voy a hacer?, sinceramente no tengo idea. Es allí donde necesito ayuda, donde les pido con todo el corazón que usemos nuestros talentos para sacar adelante este proyecto. Quisiera escuchar a mucha gente, entrevistar personas influyentes, venezolanos triunfadores en las más diversas áreas y que están aquí echándole pichón, aún cuando podrían haberse ido a comer el mundo. También a los que se han ido, pero no huyendo. Porque también es verdad que como seres humanos estamos en todo nuestro derecho de buscar la felicidad y la realización personal en cualquier lado, somos ciudadanos del mundo. Yo no profeso un falso patriotismo que reniega de la idea de encontrar esa realización en otro país; sólo que me niego a pensar que tenemos que salir huyendo porque “otros” se estén adueñando del nuestro.

¿Qué si pienso escribir un libro? No lo sé, nunca me lo he planteado y no creo que tenga mucho talento para eso.

¿Será una campaña por internet? ¿Twitter, Facebook, un blog? No lo sé, no tengo experiencia en eso, pero podría ser interesante.

¿Un corto, una película? Suena bien, tampoco tengo la menor idea.

Yo lo que quiero, y con lo que sueño es que el Plan A no sea sólo mío o de unos pocos, si no que llegue a la mayor cantidad de personas posible. Yo estoy dispuesta a hacer lo que haya que hacer, aprender lo que se necesite, invertir mi tiempo y algún dinero que tenga (que no es mucho por si acaso). Ni siquiera me interesa que mi nombre salga mucho, no busco protagonismo ni comenzar una carrera artística (me gusta mi trabajo en el laboratorio, que quede claro). Quisiera que nos unamos todos los que coincidimos en nuestro Plan A y lo compartamos con todo el quiera escuchar de él, y el que no quiera lo escuchará también, y yo sé que alguna fibra se moverá, y tengo una certeza loca de que vamos a hacer historia.

Por ahora pienso que debo documentarme un poco más sobre la historia de Venezuela, y también sobre la historia de otros países que han vivido situaciones similares a la nuestra. El ejemplo de Cuba es uno de los que más me interesa, porque estoy convencida que el éxodo masivo que ocurrió con la llegada de Fidel Castro mucho tiene que ver con la cruda y patética realidad que hoy viven los cubanos. Y con todo y eso, existen personas como Yoany Sánchez que dan la batalla desde allá. Gran inspiración para mí es esa muchacha, o señora, en realidad no lo sé porque no la conozco en persona. Pero conocer sobre su vida a través de su blog y seguirla en Twitter ha sido muy aleccionador y edificante para mí.

Ahora me gustaría saber sus opiniones, no saben lo valioso que sería para mi cualquier idea, cualquier propuesta, cualquier luz que me den para este camino que decidí tomar. Yo sé que no será fácil, pero no tengo miedo, ni una gotica de miedo. Lo que tengo son muchas ganas de trabajar y aportar mi grano de arena para construir la orilla donde llegaremos después de este largo viaje en el que hemos atravesado tantas tormentas, para encontrarnos finalmente recibiendo un atardecer hermoso como el de Juan Griego en Margarita, o en Choroní, o en cualquiera de nuestras orillas venezolanas que para eso tenemos bastantes.

Me quedo en Venezuela...lo decidí

14/03/11 

Nombre: Beatriz Andrade
Edad: 32
Lugar de nacimiento: Maracaibo (Clínica Paraíso, diagonal a Fin de Siglo 5 de julio)
Padres: Maracuchos
Abuelos maternos: Gochos (Mérida – Táchira)
Abuelos paternos: Zulianos (Maracaibo - La Cañada de Urdaneta)
Familia materna: 14 hermanos, más esposos, y más de 60 primos, varios primos segundos
Familia paterna: 7 hermanos, más esposos y 9 primos (nieta mayor

Estudié en Maracaibo toda la escuela, bachillerato y universidad.
Trabajo en Caracas, me encanta vivir en la capital.

¿Porqué tomé la decisión?

Los primeros cercanos en irse fueron mis tíos preferidos, destino: Florida USA. Hace 15 años por lo menos, siguen allá. Así, poco a poco, familiares y amigos se han ido. Muchos de mis amigos más cercanos se fueron.

La primera vez que voté fue en 1998, ganó Chávez. A mí no me engañó, a muchísimos sí…las razones las entiendo cada día más: injusticias + ignorancia + demagogia + pobreza + miseria + petróleo + delirios de grandeza + comunismo trasnochado y mal interpretado + viveza criolla + miles de otras circunstancias que nos llevaron o trajeron a ESTO.

Desde ese momento he votado en todas las elecciones, siempre contra el proyecto Chavista. Algunas he ganado, bueno muy pocas. Muchas he perdido, demasiadas.
Emocionalmente ha sido una montaña rusa, donde he pasado por impotencia, tristeza, tal vez odio (no tanto como “odio” pero sí arrechera), resignación, miedo (terror), incertidumbre. Pero también aprendizaje, entendimiento, comprensión, curiosidad. La curiosidad me hizo interesarme por conocer la historia, tampoco es que me la sé alpelo pero poco a poco ese conocimiento me fue llevando a sentir otras cosas muy diferentes y desconocidas para mí. Estoy segura que esos sentimientos estaban dentro de mí desde siempre, sólo que estaban dormidos o anestesiados por falta de uso. Fue entonces cuando comencé a sentir orgullo por mi País, pertenencia, solidaridad con mis compatriotas, compromiso, esperanza, ganas de luchar.

Comencé a trabajar en Polar el 16 de agosto de 2004. Nunca olvidaré ese día porque justo el día anterior perdimos el primer referendo revocatorio presidencial. ¿Quién puede olvidar eso?

Llegué a mi nuevo trabajo, en la mejor empresa de Venezuela. Había conseguido un puesto fijo en una competencia para un cargo que nunca había ocupado una mujer, y quedé yo. ¿Pueden imaginar mi emoción? El reto era grande porque tenía que trabajar en turnos rotativos, algo que nunca había hecho una mujer en esa planta, o sea, iba a amanecer trabajando con puros hombres y yo tenía que decidir si el producto salía a la venta o no (control de calidad). Asumí ese reto, yo misma soy le dije al gerente de la planta.

Pero volviendo al tema del primer día de trabajo, ¿cómo podía estar feliz si el día anterior Chávez ganó esas elecciones? ¿Quién me iba a recibir con alegría en la planta? Probablemente muchos ese día ya estaban pensando en cómo iban a hacer para largarse rápido de este país antes que todo se jodiera. Pero yo sí estaba feliz, al menos bastante contenta. Iba a poder ayudar a mi familia que estaba pasando por momentos económicamente difíciles como una gran parte de la clase media venezolana, que hasta hacía poco tiempo se sentía estable y segura con su trabajo, los hijos sólo se preocupaban por estudiar para salir adelante y tal como los padres lo habían hecho, lograrían mejorar su calidad de vida con respecto a la generación anterior. Eso ya no se estaba cumpliendo, los hijos ni en sueños podían acceder a una vivienda propia, de vaina se graduaban en la universidad y encontraban trabajos con sueldos majunches que no le alcanzaban si no para el pasaje y una que otra cosita.

En fin, desde ese día hasta hoy el país ha cambiado casi tanto como yo misma. Puede parecer demasiado ingenuo pero siento que hemos evolucionado (el país y yo pues).

Amo mi trabajo, me apasiona muchísimo lo que hago y no lo hago por dinero. Tengo que aclarar que trabajo en una empresa de las que pensé que no existían, económicamente hablando tengo una estabilidad que valoro muchísimo, cuento con muchos beneficios no sólo para mí sino que he podido ayudar a mis padres y hermanos. Sin embargo, no tengo la posibilidad de adquirir una vivienda propia para mí. Eso no es una queja, simplemente quiero plasmar una realidad en estas líneas (que se pueden convertir en páginas), la realidad que vivimos los jóvenes trabajadores venezolanos. Mi capacidad de ahorro es bastante limitada, por las razones que todos sabemos. Sin embargo, tengo que decir que vivo bien, como bien, no dejo de dormir pensando en cómo voy a pagar las deudas, y hasta puedo hacer un viajecito una vez al año o cada 2 años.

Claro aclaremos un punto, estoy soltera y no tengo chamos, ese es un gran detalle. No me quiero imaginar cómo serían las cosas con la responsabilidad de un hijo, comida, pañales, colegio, etc, etc, etc…

Muy bien, hemos llegado al meollo del asunto. Sentir orgullo por mi país, sentir esperanza en el futuro es bueno pero no es suficiente. La palabra compromiso nunca me había sonado tan fuerte en el alma como ayer, escuchando a Lorenzo Mendoza y recordando la historia de Empresas Polar. 

Una gente que ya tenía plata, ¿para que se metieron en ese rollo de ser empresarios en Venezuela? ¿Qué es eso de estar invirtiendo en este país y de paso tratando bien a sus trabajadores?? ¿ Qué les pasó a esos locos vale? Y de paso siguen aquí, se van a estudiar fuera y ¿¿REGRESAN??? ¿Qué es esto pues?

Pues no, es en serio, esta familia se comprometió con Venezuela. Por si acaso no voy a extenderme mucho con el tema, porque no quiero que nadie piense que me lavaron el cerebro los Mendoza, ni mucho menos que estoy jalando bolas, nada más lejos de la realidad. De hecho le comenté mi idea de hacer algo a Lorenzo, y estoy comenzando a hacerlo hoy, para de alguna manera difundir el mensaje, la idea o como se llame, de que este país nos necesita a todos, y todos tenemos mucho que hacer aquí, el punto es que no nos vayamos, que nos quedemos a echarle bolas, que sí se puede y no es una idea suicida (después entraremos más en profundidad sobre ese “issue”). Pero también le dije que mi compromiso va más allá de trabajar en Polar o no, que si por alguna razón me tocaba dejar la empresa (no la quisiera dejar nunca), yo no me iba del país porque así sea vendiendo empanadas estoy segura que puedo salir adelante y prosperar aquí; claro siempre y cuando las empanadas las haga otra persona porque si las hago yo no vendo ni media!!

Bueno hasta aquí lo dejo hoy, me encantó la experiencia así que creo que seguiré y hasta me da miedo porque sospecho que me voy a enviciar.