sábado, 10 de marzo de 2012

Palabras al viento

La mejor fotografía de Venezuela aún no ha sido capturada…apurémonos que todavía tenemos chance de salir en ella.

Es cierto que se han planteado muchas teorías sobre nuestra historia y evolución como sociedad, sin embargo pienso que es en la práctica donde tenemos una gran oportunidad, en hacer concreto y vivible ese montón de cosas buenas, bonitas, inteligentes, brillantes, solidarias, innovadoras, retadoras…en fin todo eso que nos mueve y nos motiva para seguir aquí.

No me considero alguien súper culto, pero alguito he leído y mal que bien en la escuela te enseñan (al menos hacen el intento) sobre la historia, literatura, geografía venezolana, entre otros muchos temas. La historia contemporánea por ejemplo es bastante interesante, lo que pasa es que cuando somos chamos el término “historia” nos suena a viejo y no nos gustan mucho esos cuentos. Pero si sacamos cuentas somos un país joven más bien, lo que pasa es que hemos vivido mucho en poco tiempo. Me llama mucho la atención que aún cuando hemos tenido la suerte de contar con gente valiosísima en ámbitos tan diversos como la política o la literatura, muchos hombres y mujeres con valores y aptitudes envidiables, gente que ha dejado un legado tras de sí, con todo y eso seguimos esperando que llegue un iluminado a guiarnos hacia el progreso, cuando esa tarea es de todos.

Arturo Uslar Pietri (abogado, escritor, político)

Rómulo Gallegos (escritor, político)

Simón Díaz
(músico, compositor e intérprete del género popular venezolano)

En nuestro país todo el mundo opina, habla, explica, hace chistes con las situaciones locas del día a día. De un tiempo para acá todos andamos súper informados de lo que pasa, y los analistas y expertos salen como “Droopy” por todos lados explicando por qué suceden las cosas, qué es lo que está mal, con estadísticas y números que suenan muy bien. Y al final ¿qué pasa? Seguimos como atontados y sorprendiéndonos cada día con las noticias que muchas veces son ridículas pero también llegan a ser atroces.

A menudo pienso mucho en esto, mejor dicho todos los días. Me incluyo en ese “todo el mundo” que mencioné antes. Pero  con todo este tema de quedarme en Venezuela como una decisión de vida, poco a poco, puedo experimentar como el pensamiento va evolucionando y se transforma en acción. ¿De qué sirven las buenas intenciones y las propuestas más brillantes si no están acompañadas por hechos concretos, por actos cotidianos?

Aquello de que las palabras se las lleva el viento se asoma delante de mí y me hace reflexionar. Lo que estoy haciendo con este blog no sé muy bien como describirlo, sólo sé esto: no son sólo palabras al viento…

En varias ocasiones me han preguntado ¿cuál es el plan? ¿Qué piensas hacer con esa idea? Y así muchos consejos, estoy segura que con las mejores intenciones, sobre cómo hacemos para organizarnos los que pensamos igual, los que tenemos nuestro plan A bien definido.

Después de un tiempito en este camino (todavía corto) voy entendiendo algunos detalles, como por ejemplo que no se trata de hacer proezas extraordinarias, la clave está en valorar cada momento que tenemos  para hacer visible el cambio. Eso significa ser conscientes del poder de nuestra actitud frente a la vida, que sí es importante que yo haga las cosas bien y por el camino correcto siempre. En el trabajo, con la familia, en los estudios, y algo muy pero muy importante en la calle, en el día a día cuando me cruzo con gente que no conozco y que aunque yo no lo crea está esperando algo de mí…de nosotros en realidad. Esas personas que nos hacen pensar que en Venezuela no hay remedio porque no respetan nada, ninguna ley ni mucho menos, es ahí donde va mi pensamiento con mucha frecuencia. No se trata de hacer juicios sobre las personas, sólo pienso que probablemente ellos no conozcan otra manera de hacer las cosas y para ellos es normal el caos y la ilegalidad, no saben ni tienen porqué saber que existen sociedades un poco más organizadas, donde los ciudadanos de verdad tienen derechos pero también cumplen con sus deberes, sólo así las cosas funcionan. Esa manea de actuar y vivir no los hace malos necesariamente, en el fondo no tienen muchas herramientas para visualizar que nuestra realidad puede ser diferente. El punto es que creo en lo bonito que somos por dentro los venezolanos, todos los venezolanos, y creo que nos debemos mucho unos a otros. Así que mi esperanza sigue intacta y más fuerte, vamos por buen camino y no podemos olvidar el norte (que por cierto no es solo cambiar de presidente). Nuestro destino es encontrarnos como familia, como pueblo. Reconocernos los unos a los otros y sentir nuestros los problemas o necesidades ajenas, para ayudar no sólo como un acto de caridad sino también de justicia.


Entonces, muy bueno contar con expertos y analistas sobre cualquier tema relativo al país, anotada como pendiente la lectura de teorías y planteamientos de grandes venezolanos de nuestra historia contemporánea, hasta ahí todo bien. Ahora hagamos que valga la pena tanto estudio y tanto análisis, ¡manos a la obra todos! Cada cosa que hacemos bien cuenta, por pequeña o cotidiana que parezca, no nos cansemos nunca de buscar el bien…en pocas palabras ése es el Plan A.

2 comentarios:

  1. Apoyo mil por ciento tu Plan A y te felicito por ser portavoz de la paz y de la unión. Bienvenidos tus comentarios en el artículo sobre el militarismo, recientemente publicado en http://raguniano.blogspot.com/

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  2. Bea,, una vez más mil felicidades por tus bellas palabras... te admiro muchísimo y ojalá todas tus ideas se puedan plasmar algún dia.... te cuento q en Junio me tendrás por Vzla.. ya mudada por supuesto.. asi q por favor cuenta conmigo para este gran plan A.. besitos Heidi Ortega

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